En lo referente al aislamiento térmico para ahorrar energía en nuestros hogares, el cambiar de ventanas poco eficientes energéticamente por otras más modernas de mejores prestaciones, es una de las actuaciones más fáciles y rápidas de realizar. Además ofrece una mejora en la salud y el confort de los usuarios de las viviendas.
Existen muchas clases de ventana, y el elegir una con bajo grado de aislamiento térmico provoca un mayor consumo energético: durante el invierno, provocan grandes pérdidas de calor y condensaciones en el interior; durante el verano, permiten la excesiva entrada de radiaciones térmicas en su interior. Las ventanas aislantes son más eficientes energéticamente, por ejemplo, la energía que pierde una ventana de doble acristalamiento es de 650 kwh al año, y de cristal sencillo 1.000 kwh al año.
También son una buena opción para ahorrar energía las ventanas de pvc y las ventanas de doble vidrio.
Por esta razón, si tienes que cambiar el tipo de ventana que hay en tu hogar, es importante prestar atención a los diferentes elementos de la ventana (vidrio, carpintería del marco, protecciones solares…) para cumplir con la calidad adecuada, evitando las pérdidas de frío y calor, y reduciendo el consumo energético, lo que contribuye a un ahorro en las facturas de calefacción y refrigeración.
La solución es introducir mejoras en la rehabilitación energética en las ventanas de la vivienda. Existen tres alternativas:
Conseguiremos estar más cálidos en invierno y más frescos en verano, además de reducir el coste de nuestras facturas y el impacto medioambiental que conlleva.
La cantidad de ahorro energético que se obtiene en el consumo de calefacción y refrigeración está entre un 2% y un 13%. Dependerá de la calidad del vidrio (tipo, espesor de vidrio, espesor de cámara de aire…), de la calidad de la carpintería (tipo de material, buena permeabilidad al aire…), del tipo de apertura (mejor sistema abatible que corredera, infiltraciones menores) y de la calidad de la ejecución (buen sellado entre vidrio-carpintería y carpintería-muro evita infiltraciones).
A la hora de elegir nuevas ventanas, conviene que tengas en cuenta estos factores:
1. Transmisividad del vidrio (U):
La elección de un vidrio doble, con tratamientos especiales (baja
emisividad o bajo factor solar) en una de las lunas, es la mejor opción.
Obtendrá un valor de U entre 1,8 – 1,4W/m²·K.
Lo más importante
para ahorrar en un vidrio doble es el espesor de su cámara de aire, que
podrá medir de 16 a 20 mm, siendo más aislante cuanto mayor sea.
Factor solar del vidrio (G):
Un valor indicado está en torno a 0,5. Si no se prevé la utilización de
sistemas de sombreamiento, como persianas, el factor solar se debe
disminuir a un valor de 0,2 a 0,3, además de la aplicación de
tratamientos específicos al vidrio, que impliquen una coloración o un
efecto espejo.
3. Transmisión luminosa del vidrio (TL):
A medida que se mejora el Factor solar de un vidrio, disminuye la
transmisión luminosa o cantidad de luz que deja pasar . Es recomendable
utilizar vidrios con una TL de al menos el 60 – 65% en aplicaciones
residenciales, así supone poca pérdida de luz natural.
4. Transmitancia térmica de la carpintería (U):
El marco representa el 15 – 30% de la superficie de la ventana. La
mejor elección son las carpinterías de madera, de PVC o de aluminio, con
rotura de puente térmico. Las ventanas de aluminio o pvc consiguen un valor de U de entre 2,2 – 2 W/m²·K, e incluso pueden llegar a valores de 1,2 – 1,5 W/m²·K.
5. Clase de permeabilidad del marco:
Para evitar las pérdidas por infiltraciones de aire es recomendable una
ventana de hojas batientes u oscilobatientes, en contraposición de una
ventana corredera.
6. Sombreamiento de ventanas:
Las protecciones solares reducen
la transmisión de calor al interior de la vivienda en los meses
cálidos, mejorando el confort térmico y reduciendo el consumo de energía
de refrigeración.
Los sistemas de protección solar deben adaptarse al tipo de ventana y al presupuesto:
7. Ventilación según disposición de ventanas:
Siempre que sea posible, se recomienda una distribución de las ventanas
entre fachadas de orientaciones opuestas, como Norte y Sur.
Con su
apertura provoca una ventilación natural cruzada en el interior de la
vivienda, favoreciendo la calidad del aire en los espacios interiores.
8. Orientación de ventanas:
En condiciones de verano, en el hemisferio norte, la mejor orientación
para evitar el sobrecalentamiento sería la norte, pero impide la
captación solar en invierno.
Por esta razón, el estudio anual de la
irradiancia a través de acristalamientos lleva a seleccionar la Fachada
Sur como orientación óptima durante todo el año.
El ahorro en el gasto energético al año en el cambio de ventanas depende de la tipología edificatoria, el tipo y espesor del aislante utilizado, además de la calidad de la ejecución de la obra. Con un buen acristalamiento, en una zona climática fría, un radiador eléctrico para calefacción y una bomba de calor para refrigeración, se podría conseguir aproximadamente un ahorro en las facturas de 137 hasta 286 euros por año. Las ventanas no sólo pueden ayudarnos a ahorrar energía, sino a obtener energía limpia, ya que su vidrio podrían ser paneles solares transparentes.
El consumo de energía de los hogares españoles es un 60% superior a la media europea.
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